terça-feira, 9 de fevereiro de 2021
"All beauty must die"
Where the Wild Roses Grow
But my name was Elisa Day
Why they call me it I do not know
For my name was Elisa Day
She stared in my eyes and smiled
For her lips were the color of the roses
That grew down the river, all bloody and wild
My trembling subsided in his sure embrace
He would be my first man, and with a careful hand
He wiped at the tears that ran down my face
But my name was Elisa Day
Why they call me that I do not know?
For my name was Elisa day
She was more beautiful than any woman I've seen
I said, "Do you know, where the wild roses grow
So sweet and scarlet and free?"
He said "Give me your loss and your sorrow?"
I nodded my head, as I lay on the bed
If I show you the roses will you follow alone
But my name was Elisa Day
Why they call me that I do not know
For my name was Elisa Day
He showed me the roses and we kissed
And the last thing I heard was a muttered word
As he knelt above me with a rock in his fist
She lay on the bank, the wind light as a thief
And I kissed her goodbye, said "All beauty must die"
And I knelt down and planted a rose between her teeth
But my name is Elisa Day
Why they call me it I do not know
For my name is Elisa Day
My name was Elisa Day
For my name was Elisa Day
Nick Cave
«O homem que se diz desesperado, crê que o seja, mas não basta que não creia, para passar por não o ser. Rarefica-se assim o desespero, quando, na verdade, ele é universal. Não é ser desesperado que é raro, o raro, o raríssimo, é realmente não o ser.»
Kierkegaard. O Desespero A Doença Mental. Tradução de Ana Keil. RÉS- Editora, Porto, s/d, p. 26
segunda-feira, 8 de fevereiro de 2021
«Assim como talvez não haja, dizem os médicos, ninguém completamente são, também se poderia dizer, conhecendo bem o homem, que nem um só existe que esteja isento de desespero, que não tenha lá no fundo uma inquietação, uma perturbação, uma desarmonia, um receio de que não se sabe o quê de desconhecido ou que ele nem ousa conhecer, receio duma eventualidade exterior ou o receio de si-próprio; tal como os médicos dizem de uma doença, o homem traz em estado latente uma enfermidade, da qual, num relâmpago, raramente um medo inexplicável lhe revela a presença interna.»
Kierkegaard. O Desespero A Doença Mental. Tradução de Ana Keil. RÉS- Editora, Porto, s/d, p. 25
«O desesperado é um doente de morte.»
Kierkegaard. O Desespero A Doença Mental. Tradução de Ana Keil. RÉS- Editora, Porto, s/d, p. 23
«No desespero, o morrer continuamente transforma-se em viver. Quem desespera não pode morrer; «assim como um punhal não serve para matar pensamentos», assim também o desespero, verme imortal, fogo inextinguível, não devora a eternidade do eu, que é o seu próprio sustentáculo.»
Kierkegaard. O Desespero A Doença Mental. Tradução de Ana Keil. RÉS- Editora, Porto, s/d, p. 20
''morrer a morte''
Kierkegaard. O Desespero A Doença Mental. Tradução de Ana Keil. RÉS- Editora, Porto, s/d, p. 20
«(...), o desespero não é só a pior das misérias, como a nossa perdição.»
Kierkegaard. O Desespero A Doença Mental. Tradução de Ana Keil. RÉS- Editora, Porto, s/d, p. 15
Capítulo I
«Doença do espírito - do eu - o desespero pode, enquanto tal,
tomar três formas: o desesperado inconsciente de ter um eu
- o que é verdadeiro desespero - ;
o desesperado que não quer, e o
desesperado que quer ser ele próprio.»
Kierkegaard. O Desespero A Doença Mental. Tradução de Ana Keil. RÉS- Editora, Porto, s/d, p. 11
domingo, 7 de fevereiro de 2021
«cerco e aniquilamento»
Mao Tsetung. Sobre a prática. Sobre a contradição e outros textos. Textos Políticos. 1ª Edição, 1974. Editorial Minerva., p. 189
''a intelectualidade urbana''
Mao Tsetung. Sobre a prática. Sobre a contradição e outros textos. Textos Políticos. 1ª Edição, 1974. Editorial Minerva., p. 186
sexta-feira, 5 de fevereiro de 2021
undabundo
quinta-feira, 4 de fevereiro de 2021
Cancion otoñal
Hoy siento en el corazón
un vago temblor de estrellas,
pero mi senda se pierde
en el alma de la niebla.
La luz me troncha las alas
y el dolor de mi tristeza
va mojando los recuerdos
en la fuente de la idea.
Todas las rosas son blancas,
tan blancas como mi pena,
y no son las rosas blancas,
que ha nevado sobre ellas.
Antes tuvieron el iris.
También sobre el alma nieva.
La nieve del alma tiene
copos de besos y escenas
que se hundieron en la sombra
o en la luz del que las piensa.
La nieve cae de las rosas,
pero la del alma queda,
y la garra de los años
hace un sudario con ellas.
¿Se deshelará la nieve
cuando la muerte nos lleva?
¿O después habrá otra nieve
y otras rosas más perfectas?
¿Será la paz con nosotros
como Cristo nos enseña?
¿O nunca será posible
la solución del problema?
¿Y si el amor nos engaña?
¿Quién la vida nos alienta
si el crepúsculo nos hunde
en la verdadera ciencia
del Bien que quizá no exista,
y del Mal que late cerca?
¿Si la esperanza se apaga
y la Babel se comienza,
qué antorcha iluminará
los caminos en la Tierra?
¿Si el azul es un ensueño,
qué será de la inocencia?
¿Qué será del corazón
si el Amor no tiene flechas?
¿Y si la muerte es la muerte,
qué será de los poetas
y de las cosas dormidas
que ya nadie las recuerda?
¡Oh sol de las esperanzas!
¡Agua clara! ¡Luna nueva!
¡Corazones de los niños!
¡Almas rudas de las piedras!
Hoy siento en el corazón
un vago temblor de estrellas
y todas las rosas son
tan blancas como mi pena.
– García Lorca, “Antologia poética”.
Elegía a Doña Juana la Loca
A Melchor Fernández Almagro
Princesa enamorada sin ser correspondida.
Clavel rojo en un valle profundo y desolado.
La tumba que te guarda rezuma tu tristeza
a través de los ojos que ha abierto sobre el mármol.
Eras una paloma con alma gigantesca
cuyo nido fue sangre del suelo castellano,
derramaste tu fuego sobre un cáliz de nieve
y al querer alentarlo tus alas se troncharon.
Soñabas que tu amor fuera como el infante
que te sigue sumiso recogiendo tu manto.
Y en vez de flores, versos y collares de perlas,
te dio la Muerte rosas marchitas en un ramo.
Tenías en el pecho la formidable aurora
de Isabel de Segura. Melibea. Tu canto,
como alondra que mira quebrarse el horizonte,
se torna de repente monótono y amargo.
Y tu grito estremece los cimientos de Burgos.
Y oprime la salmodia del coro cartujano.
Y choca con los ecos de las lentas campanas
perdiéndose en la sombra tembloroso y rasgado.
Tenías la pasión que da el cielo de España.
La pasión del puñal, de la ojera y el llanto.
¡Oh princesa divina de crepúsculo rojo,
con la rueca de hierro y de acero lo hilado!
Nunca tuviste el nido, ni el madrigal doliente,
ni el laúd juglaresco que solloza lejano.
Tu juglar fue un mancebo con escamas de plata
y un eco de trompeta su acento enamorado.
Y, sin embargo, estabas para el amor formada,
hecha para el suspiro, el mimo y el desmayo,
para llorar tristeza sobre el pecho querido
deshojando una rosa de olor entre los labios.
Para mirar la luna bordada sobre el río
y sentir la nostalgia que en sí lleva el rebaño
y mirar los eternos jardines de la sombra,
¡oh princesa morena que duermes bajo el mármol!
¿Tienes los ojos negros abiertos a la luz?
O se enredan serpientes a tus senos exhaustos…
¿Dónde fueron tus besos lanzados a los vientos?
¿Dónde fue la tristeza de tu amor desgraciado?
En el cofre de plomo, dentro de tu esqueleto,
tendrás el corazón partido en mil pedazos.
Y Granada te guarda como santa reliquia,
¡oh princesa morena que duermes bajo el mármol!
Eloisa y Julieta fueron dos margaritas,
pero tú fuiste un rojo clavel ensangrentado
que vino de la tierra dorada de Castilla
a dormir entre nieve y ciprerales castos.
Granada era tu lecho de muerte, Doña Juana,
los cipreses, tus cirios; la sierra, tu retablo.
Un retablo de nieve que mitigue tus ansias,
¡con el agua que pasa junto a ti! ¡La del Dauro!
Granada era tu lecho de muerte, Doña Juana,
la de las torres viejas y del jardín callado,
la de la yedra muerta sobre los muros rojos,
la de la niebla azul y el arrayán romántico.
Princesa enamorada y mal correspondida.
Clavel rojo en un valle profundo y desolado.
La tumba que te guarda rezuma tu tristeza
a través de los ojos que ha abierto sobre el mármol.
– García Lorca, “Antologia poética”
Se ha quebrado el sol
Se ha quebrado el sol
entre nubes de cobre.
De los montes azules llega un aire suave.
En el prado del cielo,
entre flores de estrellas,
va la luna en creciente
como un garfio de oro.
Por el campo (que espera los tropeles de almas),
voy cargado de pena,
Por el camino solo;
Pero el corazón mío
un raro sueño canta
de una pasión oculta
a distancia sin fondo.
Ecos de manos blancas
sobre mi frente fría
¡pasión que maduróse
con llanto de mis ojos!
– Federico García Lorca, em “Poemas esparsos”. no livro ‘Obra poética completa’.
Este es el prólogo
Dejaría en este libro
toda mi alma.
Este libro que ha visto
conmigo los paisajes
y vivido horas santas.
¡Qué pena de los libros
que nos llenan las manos
de rosas y de estrellas
y lentamente pasan!
¡Qué tristeza tan honda
es mirar los retablos
de dolores y penas
que un corazón levanta!
Ver pasar los espectros
de vidas que se borran,
ver al hombre desnudo
en Pegaso sin alas,
ver la vida y la muerte,
la síntesis del mundo,
que en espacios profundos
se miran y se abrazan.
Un libro de poesías
es el otoño muerto:
los versos son las hojas
negras en tierras blancas,
y la voz que los lee
es el soplo del viento
que les hunde en los pechos,
– entrañables distancias –.
El poeta es un árbol
con frutos de tristeza
y con hojas marchitas
de llorar lo que ama.
El poeta es el médium
de la Naturaleza
que explica su grandeza
por medio de palabras.
El poeta comprende
todo lo incomprensible,
y a cosas que se odian,
él, amigas las llama.
Sabe que los senderos
son todos imposibles,
y por eso de noche
va por ellos en calma.
En los libros de versos,
entre rosas de sangre,
van pasando las tristes
y eternas caravanas
que hicieron al poeta
cuando llora en las tardes,
rodeado y ceñido
por sus propios fantasmas.
Poesía es amargura,
miel celeste que mana
de un panal invisible
que fabrican las almas.
Poesía es lo imposible
hecho posible. Arpa
que tiene en vez de cuerdas
corazones y llamas.
Poesía es la vida
que cruzamos con ansia
esperando al que lleva
sin rumbo nuestra barca.
Libros dulces de versos
son los astros que pasan
por el silencio mudo
al reino de la Nada,
escribiendo en el cielo
sus estrofas de plata.
¡Oh, qué penas tan hondas
y nunca remediadas,
las voces dolorosas
que los poetas cantan!
Dejaría en el libro
este toda mi alma…
– Federico García Lorca, em “Poemas sueltos”. no livro ‘Obra poética completa’.
Cantos nuevos
Agosto de 1920
(Vega de Zujaira)
Dice la tarde: “¡Tengo sed de sombra!”
Dice la luna: “¡Yo, sed de luceros!”
La fuente cristalina pide labios
y suspira el viento.
Yo tengo sed de aromas y de risas,
sed de cantares nuevos
sin lunas y sin lirios,
y sin amores muertos.
Un cantar de mañana que estremezca
a los remansos quietos
del porvenir. Y llene de esperanza
sus ondas y sus cienos.
Un cantar luminoso y reposado
pleno de pensamiento,
virginal de tristezas y de angustias
y virginal de ensueños.
Cantar sin carne lírica que llene
de risas el silencio
(una bandada de palomas ciegas
lanzadas al misterio).
Cantar que vaya al alma de las cosas
y al alma de los vientos
y que descanse al fin en la alegría
del corazón eterno.
– Federico García Lorca, em “Livro de poemas” (1921). no livro ‘Obra poética completa’.
''lançaram sobre ele todas as suas explosões do seu ódio insatisfeito''
Gustave Flaubert. Salambô. Texto Integral. Tradução de F. da Silva Vieira. Editorial Minerva. Lisboa., p. 12
quarta-feira, 3 de fevereiro de 2021
terça-feira, 2 de fevereiro de 2021
''Parecia fatigado, minado de inquietações.''
Selma Lagerlöf. Porque Durou Tanto o Papa. Tradução de Pepita de Leitão. Livros do Brasil, Lisboa., p. 158
«À medida que passavam as horas, aumentavam a inquietação, a tristeza. Houve até pessoas que, ao vir a noite, não se podiam resolver a buscar o leito. Ficavam as igrejas abertas até além da meia-noite, para que as criaturas aflitas aí pudessem entrar e orar.»
Selma Lagerlöf. Porque Durou Tanto o Papa. Tradução de Pepita de Leitão. Livros do Brasil, Lisboa., p. 154
A tua voz edifica-me sílaba a sílaba
e é árvore desde as raízes aos ramos
Cantas em mim a primavera breve tempo
e depois os pássaros irão
povoar de ti novas solidões
E eu sentirei na fronte permanentemente
o sudário levemente branco do teu grande silêncio
ó canção ó país ó cidade sonhada
dominicalmente aberta ao mar que por fim pousas
na fímbria desta tua superfície.
Ver-te é como ter á minha frente todo o tempo
é tudo serem para mim estradas largas
estradas onde passa o sol poente
é o tempo parar e eu próprio duvidar mas sem pensar
se o tempo existe se existiu alguma vez
e nem mesmo meço a devastação do meu passado
Contigo aprendi coisas tão simples como
a forma de convívio com o meu cabelo ralo
e a diversa cor que há nos olhos das pessoas
Só tu me acompanhastes súbitos momentos
quando tudo ruía ao meu redor
e me sentia só e no cabo do mundo
Contigo fui cruel no dia a dia
mais que mulher tu és já a minha única viúva
Não posso dar-te mais do te dou
este molhado olhar de homem que morre
e se comove ao ver-te assim presente tão subitamente
segunda-feira, 1 de fevereiro de 2021
Cataratas
De novo o silêncio
O silêncio é como se fosse água. Daquela água pura da montanha que se bebe
Jorge Sousa Braga
O GUARDA-RIOS
É tão difícil guardar um rioquando ele corre
dentro de nós.
Jorge Sousa Braga
– Sobre tradução de poesia –
(Zbigniew Herbert)
Zumbindo um besouro pousa
numa flor e encurva
o caule delgado
e anda por entre filas de pétalas folhas
de dicionários
e vai direito ao centro
do aroma e da doçura
e embora transtornado perca
o sentido do gosto
continua
até bater com a cabeça
no pistilo amarelo
e agora o difícil o mais extremo
penetrar floralmente através
dos cálices até
à raiz e depois bêbado e glorioso
zumbir forte:
penetrei dentro dentro dentro
e mostrar aos cépticos a cabeça
coberta de ouro
de pólen
Tradução de Herberto Helder publicada a abrir o livro OUOLOF poemas mudados para português por Herberto Helder, Assírio & Alvim, Lisboa 1997.
Abandoned Cinemas of the World - Simon Edelstein
domingo, 31 de janeiro de 2021
''corria-lhe sangue da raiz das unhas''
Selma Lagerlöf. A Marcha Nupcial. Tradução de Pepita de Leitão. Livros do Brasil, Lisboa., p. 142
''rosto enrugado a poder de desgostos''
Selma Lagerlöf. A Marcha Nupcial. Tradução de Pepita de Leitão. Livros do Brasil, Lisboa., p. 142
«Já ninguém '' fia nem tece''. O tédio é ''um véu cálido e cinzento, forrado com a seda mais garrida e fulgurante'', no qual ''nos envolvemos quando sonhamos''. É nos ''arabescos desse forro que nos sentimos em casa''.*
«O sujeito produtivo entrega-se à liberdade coerciva ou à livre coação em prol da maximização da produtividade. O excesso de trabalho e de produção conduz, a um nível mais elevado, à autoexploração. Esta é mais eficaz do que a exploração por terceiros, uma vez que vem associada a um sentimento de liberdade. O ser explorado é simultaneamente o que explora - agente e vítima já não se distinguem entre si. Esta autorreferencialidade gera uma liberdade paradoxal que, em virtude das estruturas coercivas que lhe são intrínsecas, se converte em violência. As doenças psíquicas da sociedade da produção nada mais são do que manifestações patológicas desta liberdade paradoxal.
«A depressão dá-se no momento em que o sujeito produtivo já não é capaz de poder. Ela é, em primeira análise, um estar cansado de fazer e de poder. A queixa que se ouve dos lábios do indivíduo deprimido - Nada é possível - só pode existir numa sociedade que elevou Nada é impossível a máxima. O sentimento de já não ser capaz de poder conduz a uma autocrítica destrutiva e à autoagressão. O sujeito produtivo está em guerra consigo mesmo. O homem deprimido é o inválido desta guerra interiorizada. A depressão é a doença de uma sociedade que sofre do excesso de positividade e reflecte uma humanidade em guerra consigo própria.»
Byung-Chul Han. A Sociedade do Cansaço. Tradução de Gilda Lopes Encarnação. Relógio D' Água. 1ª Edição, Lisboa, 2014., p. 22/23
sábado, 30 de janeiro de 2021
«A sociedade da produção é caracterizada pelo verbo positivo poder - um verbo que não conhece limites. O plural coletivo, elevado à máxima afirmativa Yes, we can, traduz precisamente o caráter positivo da sociedade da produção. As proibições e as obrigações, as ordens e as leis são substituídas pelos projectos, pelas iniciativas e pelas motivações. A sociedade disciplinar era ainda dominada pelo não. A sua negatividade produzia loucos e criminosos. A sociedade da produção gera, em contrapartida, deprimidos e frustrados.»
Byung-Chul Han. A Sociedade do Cansaço. Tradução de Gilda Lopes Encarnação. Relógio D' Água. 1ª Edição, Lisboa, 2014., p. 20« A sociedade do século XXI já não é uma sociedade disciplinar, mas, sim, sujeitos de produção. Os seus habitantes já não são, por sua vez, ''sujeitos de obediência'', mas, sim, sujeitos de produção.»
Byung-Chul Han. A Sociedade do Cansaço. Tradução de Gilda Lopes Encarnação. Relógio D' Água. 1ª Edição, Lisboa, 2014., p. 19''violência do consenso''
Byung-Chul Han. A Sociedade do Cansaço. Tradução de Gilda Lopes Encarnação. Relógio D' Água. 1ª Edição, Lisboa, 2014., p. 15
« A violência da positividade, resultante da sobreprodução, sobrerrendimento e sobrecomunicação, já não é de natureza ''viral''. A imunologia não lhe oferece qualquer resposta. A rejeição produzida pelo excesso de positividade não corresponde a nenhuma resistência imunológica, mas sim a uma repulsa e a uma recusa digestivas e neuronais. O esgotamento, a fadiga e a sensação de sufoco perante o excesso não são, também, por sua vez, reacções imunológicas. Trata-se, em todos os casos, de manifestações de uma violência neuronal que, por não derivar de nenhuma negatividade imunológica, não é de ordem viral.»
Byung-Chul Han. A Sociedade do Cansaço. Tradução de Gilda Lopes Encarnação. Relógio D' Água. 1ª Edição, Lisboa, 2014., p. 13