Horacio Cavallo
no quiero cansarte pero
fuiste niño alguna vez
con las piernas débiles saltando y las rodillas
rotas o más bien
rasgadas y tenías
el perfume de la niñez que perdiste
las manos pequeñas y suaves y la voz
aguda
hubo un desprendimiento y estas
son las fotos donde habita todo eso
miralas. ¿te ves?
Nicolás Alberte, Escritos a la luz de las cosas que no se ven
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