sábado, 7 de maio de 2016

Cómo tranquilizar a un ave caída (Por Carlo Horacio Balandra)

Las aves pueden elegir desplomarse,
Marcan rutas, y se desvían a placer.
Ellas pueden estrellarse en las ventanas,
si así lo desean.
Pueden ser pilotos con vista cansada;
pueden replegarse y caer por voluntad propia.
Un mágico día, bien podría un ave pequeña,
caer en tus manos.
Pocas veces, las aves,
son capaces de sentirse cómodas en manos humanas.
- No vale perseguirla y atraparla -
Debe llegar por necesidad
a dejarse morir entre tus dedos o
a descansar después de una persecución.
Puede recurrir a tu serenidad
para calmar el dolor
que le provoca su livianidad.
Se decolorará llorando.
Se escuchará su sollozo,
y muy remotamente, se vern las lágrimas rodar por el pico.
Ahora entonces...
...Acércala a tu aliento,
calma con tu cercanía su dolor invisible
No hables.
No puede entender las palabras.
Los tonos son tan bajos,
que sólo parecen ruido.
Silénciate.
Exhala muy cerca de ella,
hasta crearle una sola memoria en esa mentecita.
Puede olerte.
Y jamás olvidar tu aroma.
Un ave no puede sentir su peso mientras la sostienes,
sin embargo, si la conservas suficiente tiempo,
hasta que muera
o hasta que se recupere...
...Es posible que pueda sentir: cuán ligera es.

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